
(Foto: Redes sociales)
A la muerte de Pablo, sus hijos prometieron vengar el asesinato de su padre, ello provocó que Rita rogara potencialmente a Jesucristo que mejor se los llevara de este mundo, antes de concretarse una fechoría y así fue.
Una vez sola la mujer sifriente, decidió internarse como religiosa y dar muestra de su bondad al mundo religioso.
El resto de su vida, la italiana se dedicó a la penitencia y a la oración, incluso incrustó una espina en su frente que posteriormente le ocasionó una llaga que le perduró hasta el día de su muerte y quienes empezaron a rezarle vieron cuantiosas curaciones y conversiones, gracias a sus milagros fue canonizada en 1900.
Oh Dios omnipotente, que te dignaste conceder a Santa Rita tanta gracia, que amase a sus enemigos y llevase impresa en su corazón y en su frente la señal de tu pasión, y fuese ejemplo digno de ser imitado en los diferentes estados de la vida cristiana.
Concédenos, por su intercesión, cumplir fielmente las obligaciones de nuestro propio estado para que un día podamos vivir felices con ella en tu reino.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén.

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