Para su buena fortuna, los estudiantes tienen el apoyo celestial de al menos tres santos, a quienes tradicionalmente se les reza para pedir ayuda en los estudios y exámenes.

Por ejemplo, San José de Cupertino es el patrón de los estudiantes y se le invoca especialmente antes de los exámenes difíciles. Se cuenta que a pesar de sus dificultades intelectuales, logró aprobar sus exámenes gracias a su fe inquebrantable.

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(Imagen: Especial)

Otra institución del santoral que vela por los intereses de los estudiantes es el reformador Santo Tomás de Aquino, reconocido como uno de los más grandes teólogos y filósofos, es el patrón de los estudiantes de esas disciplinas, por lo que  se le puede pedir su intercesión para adquirir sabiduría y discernimiento del más alto nivel.

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(Imagen: Especial)

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Y también está San Juan Bautista de la Salle, fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, quien dedicó su vida a la educación de los niños y jóvenes. Es patrón de los profesores y estudiantes.

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(Imagen: Especial)

Pero la recomendación de las abuelitas es acudir directamente con la Virgen María, como sede divina de sabiduría, a quien se le puede pedir su protección maternal para que interceda ante Dios para obtener la gracia de un buen desempeño.

Como ya sabemos, lo más importante es rezar con fe, esforzarse en el estudio y poner la confianza en Dios para que le ilumine en esta prueba tan importante.????????????????

Oh inefable Creador nuestro,

altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría,

dígnate infundir el rayo de tu claridad

sobre las tinieblas de mi inteligencia,

removiendo la doble oscuridad con la que nací:

la del pecado y la ignorancia.

 

¡Tú, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños,

instruye la mía, e infunde en mis labios la gracia de tu bendición!

Dame agudeza para entender, capacidad para retener,

método y facilidad para atender, sutileza para interpretar

y gracia abundante para hablar.

 

Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar

¡Oh Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amen

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