Por Araceli Martínez
En esta comunidad, las mujeres no sólo pueden tomar cursos para aprender a manejar moto, también brindan una experiencia que empodera a las chicas que tienen la iniciativa de subirse a estos vehículos y conocer nuevos lugares, así como la oportunidad de empoderar a otras mujeres que van iniciando en el motociclismo.
“Esto está enfocado en las mujeres desde la energía femenina porque, justamente, las escuchamos, porque sabemos que necesitamos ser escuchadas, que no quieres que te estén gritando, que no quieres un capataz”, indicó Cló.
Paola es una de las chicas que acudió al curso de iniciación, donde experimentó varias caídas y frustración, pero también sintió confianza, gracias a la contención que recibió de las mujeres que la apoyaron a levantarse y reconocer de lo que es capaz.
Por su parte, Andrea contó que entró al curso porque compró una moto y quiso vencer sus miedos. Este espacio la hizo sentir más fuerte al darse cuenta de que puede levantar su moto o, incluso, otras más grandes.
Cló aseguró que este movimiento está creciendo tanto que las chicas que aprendieron con estos cursos, se están capacitando para también enseñar a otras mujeres y derribar juntas esas creencias sociales que sostenían que “las mujeres no pueden”.







