La historia de Higinio Sobera de la Flor se encuentra fuera de lo común, ya que, a diferencia de otras historias sobre asesinos, quienes han sumergido en terror a la capital del país, dicho hombre provenía de una familia acomodada, además de estar sobreprotegido por su madre, a diferencia de sus colegas, no sufrió de abandono, maltratos y pobreza. 

Higinio también llamado 'El Pelón' Sobera, por su falta de cabello, constantemente acudía al peluquero para raparse, pues el hombre afirmaba que si se dejaba crecer el cabello sufría fuertes dolores de cabeza, lo cual lo llevo a permanecer continuamente con el cuero cabelludo expuesto. Sobera además era conocido en diversos antros y bares de la ciudad por sus constantes visitas y buenas propinas.

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(Foto: Red social X)

A pesar de que en la vida todo pintaba miel sobre hojuelas para este chico, una tarde de marzo, en el año de 1952, un altercado vial lo hizo salir de sus casillas, pues un hombre conocido como Armando Lepe, quien fura identificado como miembro del ejército, se habría molestado con Higinio por un incidente vial, lanzando algún insulto contra el 'El Pelón’ hecho que abrió las puertas de la muerte para el elemento militar.

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Ante tal maldición contra su persona, el odio, la furia y el rencor se desataron, por lo cual Higinio decidió dar alcance al hombre quien lo había increpado, hasta emparejar su auto con el de Lepe, aprovechando la luz roja del semáforo, descender del auto y atentar a disparos contra éste, entre Insurgentes y Yucatán, para posteriormente huir de la escena del crimen, con rumbo al Bosque de Chapultepec donde posteriormente tomaría camino a su hogar 

Tras permanecer encerrado en su cuarto, contemplando el arma con la cual había asesinado a Lepe y mientras le contaba a su madre lo que había ocurrido, el asesinato del militar ya era noticia en los periódicos; las autoridades comenzaban a indagar para dar con el responsable. No faltaron testigos que dieron santo y seña del auto en el que viajaba Higinio Sobera de la Flor, así como su descripción física, suceso que ponía a la policía pasos más cerca del responsable.

Después de enterarse la madre de 'El Pelón' del incidente que tenía a su hijo en vilo, decidió mantenerlo oculto en casa, aunque testimonios de la propia madre aseguraron que durante ese tiempo su hijo pasaba del llanto a las carcajadas, no era de sorprenderse, años atrás el joven había sido diagnosticado con esquizofrenia y requería tratamiento, el cual nunca llegó, pues para la progenitora su bendición era una persona normal.

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(Foto: Red social X)

En un intento por ocultar a su descendiente, mientras la situación del asesinato de Armando Lepe se apagaba, la familia Sobera de la Flor mantuvo a su vástago oculto en una habitación del Hotel Montejo, sobre Paseo de la Reforma, eso sí, sin antes quitarle de las manos el arma con la que había atentado contra la vida del militar y otorgándole otra, además de cambiar su cachucha favorita por una boina.

En vano fueron los intentos de la acomodada familia por mantener al ser de su sangre oculto de las autoridades, pues la esquizofrenia o tal vez la sobreprotección y mala crianza detonaron una noche en la cual Higinio Sobera dejó una alfombra roja detrás de él, pues tras pasar tiempo encerrado en el lugar tomó la decisión de salir a divertirse un poco o 'conquistar' alguna mujer que se cruzara por su camino.

Hortensia Gómez fue la desafortunada mujer que se cruzó en la mirada de 'El Pelón', quien de inmediato la abordo y le dijo lo hermosa que era, invitándola a salir y haciendo gala de su fortuna, hecho que en lugar de atraer la atención de la mujer provocó cierta molestia, aunque las cosas no quedaron ahí, pues Hortensia de inmediato pidió un taxi, tal vez para deshacerse de Higinio o simplemente llegar a su hogar, lo cierto es que Sobera de la Flor no dudo en pegarse como muégano y subir al taxi junto a ella, donde apenas comenzaba el infierno para la mujer.

Arriba del taxi 'El Pelón' intento propasarse con la joven femenina quien le pedía al taxista que lo bajara, ante esto el conductor hizo caso omiso, pues creía que era pleito de pareja, el rechazó de la femenina termino enfureciendo a Higinio, quien con un disparo acabó con esta, en tanto, el chofer, amenazado con el arma de fuego siguió las instrucciones del asesino para después ser despojado de su auto, el cual Sobera utilizó para trasportar el cuerpo de su víctima hasta un hotel.

Ya en el lugar Higinio llevaría a cabo un acto de necrofilia, posteriormente huiría a su habitación en el Hotel Montejo, en donde dejó diversas evidencias, como pertenencias de la occisa, hecho que acercaba aún más a las autoridades al terrible delincuente, sin contar la denuncia del taxista quien describió de pies a cabeza las características del que más tarde sería bautizado como el “psicótico, muralista”.

La policía de la ciudad tras contar con las características de Sobera de la Flor, así como rastro de sangre, inmediatamente dio captura, cerca del hotel, sobre Paseo de Reforma, para después de ser detenido e interrogado sobre los terribles hechos, ser llevado a la prisión de Lecumberri, donde por un tiempo vivió con todas las comodidades que se le podían brindar en ese lugar, gracias a que su familia daba una cuota de 600 pesos mensuales.

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(Foto: Red social X)

Años más adelante Higinio Sobera de la Flor sería trasladado a un manicomio conocido como La Castañeda, pues su salud mental ya se encontraba muy deteriorada, ya en el lugar guardias del lugar aseguraron que Higinio 'hacía murales' con su propio excremento.

 

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