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“Luego me dijo: ‘si ese joven fuera mi hijo, primero le prohibía manejar moto y luego le daba sus buenas nalgadas por mal educado y agresivo. Yo no sé qué educación tiene’.
“Le respondí que gente violenta siempre está a la espera de un pretexto para sacar su coraje y agredir a los que pueda.
“De pronto, el tráfico se puso pesado; ‘qué raro, a esta hora casi nunca hay tráfico, algo debió haber ocurrido’, le comenté. ‘Vamos a tomarlo con calma, porque de nada sirve desesperarnos’, respondió la pasajera.
“Avanzamos lentamente hasta que llegamos al lugar donde se generaba el tráfico, ahí estaba nada menos que el motociclista que me había agredido, no supe si se cayó de la moto o si lo chocaron. El hecho es que estaba sobre el pavimento, sobándose la pierna.
Por dentro me alegré, cosa que no debe ser y mi pasajera me dijo: ‘lo alcanzó el karma, por mal portado’, luego, los dos sonreímos”.
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