Más Información
Agregó que los cambios físicos y emocionales también se vieron en su forma de vestir, adaptados a los gustos de Guzmán Loera, pese a que él, la mayoría de las veces, no estaba con ella, debido a la constante persecución policiaca.
“Emma a menudo estaba sola, mientras el Chapo dirigía el Cártel y, como era bien sabido, él a menudo estaba con otras mujeres. Ella era sólo una más en una interminable lista de chicas hermosas; con matrimonios que aparentemente sucedían sin la oficialidad del divorcio. Otra de las esposas de el Chapo, Griselda López Pérez, que tenía casi tres veces más que la edad de Emma, todavía vivía en Culiacán”, cuenta la periodista Emily Palmer.
Esta situación provocó una especie de competencia para la actual esposa del capo, quien sólo buscaba satisfacer y atraer a su marido, que acumulaba múltiples amantes.
“En esos primeros años de su matrimonio, Emma empezó a cambiar (...) la joven delgada cambió de forma hasta convertirse en la mujer corpulenta y bien vestida que deseaba su marido”, escribió Elle tras la entrevista con el primo de Coronel.
Sin embargo, sus cirugías se vieron opacadas cuando Emma cumplió 21 años, pues quedó embarazada del narcotraficante y “su cambió de manera completamente diferente”.
La periodista también publicó que el nacimiento de las gemelas de Coronel y Guzmán Loera, Emalí Guadalupe y María Joaquina, fue una época solitaria. “¿Vas a charlar conmigo todo el día o estarás ocupado?”, le recriminaba Emma en mensajes de texto a su esposo, pocos meses después de dar a luz y prepararse para una cirugía posparto, en Estados Unidos.
Cuando las gemelas tenían seis meses, “El Chapo” estuvo a punto de ser capturado mientras se encontraba en una mansión de Los Cabos, Baja California; él y su secretaria escaparon saltando vallas y arbustos. Luego le contó a su esposa sobre los arrestos de dos asociados, sin embargo, omitió una tercera detención: la de su amante Agustina Cabanillas Acosta. “Un poco rayado, pero bien, gracias a Dios”, le contó en un mensaje de texto a Emma, al tiempo que le transmitía un mensaje similar a otra de sus mujeres: Lucero Guadalupe Sánchez López, quien más tarde se convertiría en legisladora local y en la “Chapodiputada”.







