La canción estuvo acompañada por la cantante de ópera suizo-franca Marina Viotti como la reina María Antonieta, en medio de todo un performance en el que recuerdan su decapitación luego de ser prisionera en el marco de la Revolución Francesa.
La furia de Gojira, que tocó casualmente en el Velódromo Olímpico de la Ciudad de México en noviembre pasado, se fundió con mensajes de libertad y lucha: “Ya no tenemos más nobles o sacerdotes... Todo caminará”, cantó la banda metalera en el marco de la justa deportiva.
La presencia de Gojira en un evento de esta naturaleza es de celebrarse, pues pone en alto un género rocker que normalmente está dirigido hacia un nicho y ahora brilló ante millones de ojos en todo el mundo.
Datos duros: La banda nació en 1996 bajo el nombre de Godzilla, pero en 2001 se rebautizaron como Gojira, mismo nombre, pero en japonés, muy probablemente para evitarse líos por la marca.
El espectáculo que presentaron ayer estuvo dirigido por el artista Thomas Jolly, mente maestra que ideó esa colaboración de los franceses con la cantante de ópera Mariana Viotti, y en lo más alto, desde la cima, el enmascarado atestiguando todo este show con la antorcha encendida, como encendida quedó toda la ambientación y toda la ciudad de París por el enorme pasaje musical que brindaron.
Me hubiera encantado ver a Daft Punk, todos unos personajes futuristas ya icónicos de la música electrónica que ponen en alto a Francia por el mundo. Sentí su ausencia, sin lugar a dudas. En ese mismo tenor electro, se extrañó también a Air (que dicho sea de paso, vendrán en noviembre entrante a México, como parte del Festival Hipnosis) y a Justice.
Y bueno, si no fuera mucho pedir, hubiera estado increíble que sonara el indie rock de Phoenix, la psicodelia de La Femme y el nu-disco francés de L’Imperatrice. Pero por lo pronto, ¡Viva Francia! ¡Viva Paris! y ¡Viva Gojira!







