El diario The Guardian ha lanzado una investigación exhaustiva sobre estas acusaciones, basada en entrevistas con más de 100 personas, así como en registros judiciales y policiales. Algunas de las presuntas víctimas afirman que solo se sintieron capaces de hablar sobre sus experiencias después del surgimiento del movimiento #MeToo.
Por su parte, los abogados de Copperfield han salido en su defensa, negando rotundamente las acusaciones y declarando que su cliente «nunca ha actuado de manera inapropiada con nadie, y mucho menos con ningún menor de edad». Además, argumentan que el mago es un partidario del movimiento #MeToo y ha alentado a muchas mujeres a compartir sus historias de abuso, y que muchas de las acusaciones en su contra son «falsas».
Copperfield ha sido acusado de mala conducta en el pasado. Una de las 16 mujeres, Brittney Lewis, hizo públicas en 2018 las acusaciones de que él la había drogado y agredido sexualmente en 1988, cuando era una modelo de 17 años. Copperfield negó las afirmaciones. Otra mujer le dijo a The Guardian que tuvo una experiencia similar, alegando que ella y un amigo estaban drogados y que ambos no podían dar su consentimiento antes de que él tuviera relaciones sexuales con cada uno de ellos.
En otros cuatro casos, las mujeres afirmaron que Copperfield las había tocado o obligado a tocarlo de manera sexual durante presentaciones en vivo en el escenario. Tres eran adolescentes en el momento de los presuntos incidentes. Los familiares de una joven de 15 años que estaban sentados entre la audiencia afirman que lo vieron manosear sus senos.
Una mujer, Carla*, afirmó que después de conocer a Copperfield en uno de sus shows en 1991, cuando ella tenía 15 años, él comenzó a llamarla a altas horas de la noche. Dijo que ahora siente que la han “preparado”. Ella dijo que él le enviaba regalos y entradas para sus espectáculos. Después de cumplir 18 años, dijo, tuvieron relaciones sexuales consensuales. Dijo que era su primera vez.







