Originario de Cuernavaca, Juvenal Patiño brilló en el futbol mexicano

Originario de la ciudad de Cuernavaca, nativo y vecino de la colonia Flores Magón, Juvenal Patiño se distinguió desde niño por el gusto al balompié, sin imaginar lo que el futuro y este deporte, lo llevarían a conquistar, en una de las historias más recurrentes y comentadas entre la afición morelense.

Tras un paso lleno de éxitos en el futbol del llano, iniciando con los equipos de la propia calle y vecinos de la colonia Flores Magón, así como el equipo de Lustradores de Calzado, en la Liga Mayor, Juvenal formalizó su entrenamiento y preparación en el campo deportivo de la unidad deportiva del IMSS Cuernavaca, del boulevard Cuahunáhuac, muy cerca de su domicilio, bajo la batuta del profesor Raúl San Miguel ‘Tícolo’ Sánchez, en donde alternó con muchos jugadores quienes posteriormente, por su nivel de juego, llegaron a debutar en diversos equipos de las ramas de ascenso y de la Primera División.

Su roce profesional inició en el equipo de la Tercera División, Alacranes del Puente de Ixtla, para saltar a la Segunda División con el Atlético Cuernavaca, en la temporada 92-93, cuando tuvieron su sede en el Estadio Centenario.

Posteriormente, se unió con los Toros del Celaya, en donde ganó la final de la Liga de Ascenso, a los Tuzos del Pachuca, además fue subcampeón en primera contra Necaxa y se mantuvo con el Celaya hasta el Verano del 97, cuando fue cedido al equipo de Bachilleres de la Primera División A, por una campaña, para retornar en el verano del 98, para un último torneo con los astados.

Entonces, fue vendido a la ‘Trinca Fresera’ del Irapuato, en donde se mantuvo por 4 temporadas, hasta el Verano del 2000, jugó y ganó su segunda final, por el título de Ascenso, contra Cruz Azul Hidalgo.

Se retiró con los Venados de Yucatán, en el Apertura 2003.