–¿Trabajas?–No. Soy ama de casa. Sólo cuido a los niños y me hago cargo del hogar.

Los números son claros: el 20% –o más, según algunos análisis– del PIB nacional lo producen las mujeres en el hogar. Sí, en ese trabajo que no llamamos trabajo: lavar, planchar, limpiar, cuidar a bebés, niños, adolescentes, enfermos; hacer la comida, administrar compras y gastos. Todo eso es uno de los pilares más importantes de la economía mexicana (y de cualquier otra economía). Sólo que no se le llama trabajo. Y por eso, aunque las mujeres sean estadísticamente quienes más trabajan, son también, las que menos dinero reciben, las que llegan a la vejez sin pensión alguna y completamente vulnerables, dependiendo por completo de la buena voluntad de sus hijos, nietos u otros familiares. De aquí que la pobreza sea más frecuente entre las mujeres, y que éstas sigan siendo el sector más desprotegido. 

En la Asamblea Constituyente, se discute, entre otras cosas, que la futura Constitución de la Ciudad de México se contemple el trabajo doméstico y de cuidados, remunerado y no remunerado, como actividades económicas que producen riqueza. Esto abriría la puerta para que, legalmente, todas las mujeres puedan acceder a un mejor piso de seguridad social, algún tipo de certidumbre económica y de retiro.

Lo que se plantea no es descabellado. En otros países, como Uruguay, ya se contempla que todos los ciudadanos tienen derecho a los cuidados; eso se traduce en guarderías y vejez digna universales.

Pero lo más importante para realmente alcanzar una certeza jurídica, económica y de reconocimiento hacia las mujeres, necesariamente pasa por un cambio de chip. No le corresponde únicamente a la mujer el trabajo doméstico y de crianza. Criar a los hijos no es solo un acto de amor. Es también una actividad económica fundamental para el país, por lo que debe comenzar a discutirse desde las políticas públicas y no como un problema de índole privada.

Justo frente a la polémica que ha generado en redes sociales, el meme de una cadena de cines que hace mofa de las “mujeres luchonas” (es decir, aquellas mujeres que son madres solteras, cabeza de hogar, trabajadoras y jóvenes), no sólo cabe preguntar dónde están los papás de los niños; también cabe preguntar cuántas políticas fallaron en el camino para que una mujer quede en ese estado de vulnerabilidad.

GLOSARIO DE SUPERVIVENCIA Ama de casa: Trabajadora 24x7 sin goce de sueldo.