Tal vez te suene esa canción donde se habla de una de las situaciones más difíciles y lamentables: la mendicidad forzosa. “Mendigó, suplicó / vendió globos y chicles limpió parabrisas / aprendió a vivir / entre miles de gentes que siempre traen prisa...”.

La canción estrenada por el Tri hace 37 años cobra vigencia cuando vemos en las calles de los espacios urbanos y semiurbanos a infantes mendigando y en riesgo de ser víctimas de una de las 11 modalidades de Trata de Personas previstas en la ley.

El reporte “Un Modelo Único contra la Trata”, elaborado por el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México con casos provenientes en su mayoría del interior de la República, expone una cruenta realidad: en casi la mitad, las víctimas son menores de edad.

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En una quinta parte, los tratantes son sus mismos familiares. Y cuando se trata de niñas y niños, la explotación sexual y mendicidad forzosa son las modalidades más frecuentes.

¡Ponte al tiro! Generalmente, los menores víctimas están vigilados por adultos o acompañados por alguien que supervisa sus acciones y les quita el dinero. Muestran signos de abuso físico, desnutrición, enfermedades o lesiones. Reportar las situaciones sospechosas es una oportunidad para erradicar este tipo de Trata de Personas y ayudar a que no haya niñas o niños sin amor.

En la Línea y Chat Nacional Contra la Trata de Personas, 800 5533 000, recibimos los reportes de víctimas y testigos, son confidenciales y anónimos, las 24 horas de los 365 días del año, de cualquier parte del país.

@guerrerochipres

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