Afectados de Hidalgo se apoyan entre ellos tras inundaciones, exigen apoyo del Gobierno

Por Dinorath Mota

TULA, HIDALGO.— Óscar Buitrón  y Magdalena López habitaban la casa marcada con el número 10 de la calle Manuel Doblado, cerca del puente Metlac, en el centro de Tula, por donde cruza el río homónimo. Lo que fue una vivienda con sala, comedor, cocina y recámaras hoy, a un mes de la inundación, sólo son cuartos vacíos.

Cal, cloro y horas de trabajo no han podido con la devastación que dejó el agua. Aquí todo se perdió. Óscar y Magdalena salieron con la ropa que llevaban puesta y de su antigua vida, la que construyeron en este lugar por 17 años, sólo les quedan un par de botas de hule y unos tenis.

A su casa, dice la pareja, van diariamente a limpiar, contaron con la ayuda del Ejército, de sus familiares y amigos, y a 30 días, no han terminado. Aún no saben si podrán habitarla de nuevo.

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Los Buitrón López no saben, no hay hasta ahora una autoridad que les diga si no corren riesgo. En tanto, cada día tienen que buscar dónde dormir.

(Fotos: Valente Rosas, El Gráfico)

La vida no es normal aún en Tula, pues la economía se ha reactivado a 50%. Los comercios que permanecen abiertos son aquellos que no sufrieron daños.

En el tianguis, apenas han abierto 20% de los locales. En la calle Juárez todos registraron pérdidas, lo mismo alrededor del parque principal. Emi y Gaby son dos comerciantes del tianguis, una vende dulces y la otra artículos electrónicos. Gaby se encuentra enojada.

Cuenta que nadie les ha ayudado con lo necesario: “Ya basta de que nos den sólo despensas”.

En las calles de Tula ya no caminan los soldados, ni elementos de la Guardia Nacional. Aquí la solidaridad es entre todos los vecinos.

Prueba de ello son Nohemí y María Lourdes, que acudieron ayer a la colonia 16 de Enero a entregar comida a los necesitados.

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