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Pero la cercanía entre Rosa, Jorge, Alondra y Sandra se trastocó, porque Lupita se fue con su nueva pareja y se las llevó, lo que disgustó a los abuelos. Aunque Lupita prometió a sus padres que constantemente se verían, en realidad eso no fue así.
Ante la situación, Rosa y Jorge, quienes no se hacían a la idea de no convivir con sus nietas, pidieron consejos sobre qué hacer, por lo que en una oficina del DIF les recomendaron acudir al Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la Ciudad de México (Niños Héroes 133, colonia Doctores), para mediar con Lupita y formalizar jurídicamente un régimen de visitas y convivencias.
Tras visitar el CJA, les dijeron que se podía mediar, contactaron a Lupita y aceptó. En la primera sesión, los abuelos reprocharon a su hija haberlos separado de sus nietas y no las veían en muchos meses. Lupita les dijo que si se alejó fue porque sentía que su nueva pareja no era bien vista.
Luego de dos sesiones, también dialogaron sobre cómo Lupita deseaba retomar el acercamiento con sus padres, sin que intervengan en su relación; y fue así que lograron firmar un convenio en cuanto a visitas y convivencias de los abuelos con las niñas, quienes estarán juntos cada 15 días en fin de semana.
Así, la familia formalizó jurídicamente su diferendo, con la firma de un documento que tiene la fuerza legal de una sentencia.







