“El límite lo ponemos nosotras mismas. Si te gusta ser , policía o cualquier labor de servicio, sacas fuerzas hasta de donde no tienes.

“Como una mujer que está pariendo: buscas llegar al objetivo. Aquí el objetivo es apagar el incendio, controlar la fuga, salvar una vida”, dice

Tiene 43 años, es madre soltera de dos hijos y ahora lidera una de las 16 células operativas femeninas creadas en esta administración para fortalecer la participación de mujeres en primera línea. Son 350 en total en el cuerpo de emergencia.

Lee también:

De la oficina al fuego: la historia de Valentina Abrego, bombera y madre en CDMX. Foto: (Fernanda Rojas. El Gráfico)
De la oficina al fuego: la historia de Valentina Abrego, bombera y madre en CDMX. Foto: (Fernanda Rojas. El Gráfico)

“Soy la bombero Valentina Abrego. Estoy adscrita a la estación Comandante José Saavedra. Tengo siete años de servicio y soy bombera rasa”, dice con orgullo mientras revisa su equipo de emergencia.

La rutina, explica la uniformada, no admite improvisación. Cada guardia es un reto físico y emocional. “Es mantenerte siempre haciendo ejercicio para conservar la condición, tener buena alimentación y actualizarte constantemente. La operatividad exige fuerza y resistencia; el cuerpo debe estar listo para lo que venga”.

Pero llegar hasta ahí no fue sencillo. Valentina narra que su camino empezó a los 20 años en un escritorio del área administrativa.

Pasó por Recursos Humanos, por el C5, obtuvo su base y, finalmente, dio el salto a la operatividad. “Ser mujer en una institución hecha para hombres es un reto. Los fundadores fueron hombres y se necesita mucha fuerza, condición. Pero aquí estamos”, explica.

Google News

TEMAS RELACIONADOS