Por Rafael García
Ella fue una de los miles de peregrinos que llegaron este domingo a La Villa a pie, en bici, en motocicleta, en auto o en Metro, no importaba cómo, pero todos movidos por la fe. Los alrededores, el atrio y el interior de este templo católico, uno de los más importantes del mundo, estaban abarrotados, aunque a medida que se acerque el 12 de diciembre lucirán a reventar para celebrar a la llamada “reina de América”.
En un recorrido se pudo apreciar que ya no hay comerciantes sobre la Calzada de Guadalupe, sólo algunos ‘toreros’ que ofrecen escapularios o rosarios desde los 10 pesos.
Algunos vendedores se colocaron afuera del Metro Basílica, ahí ofertan imágenes de La Virgen de Guadalupe o San Judas Tadeo desde 150 presos. Lo que sí hay sobre la Calzada son puestos de seguridad y vacunación, donde varios peregrinos decidieron aprovechar y protegerse contra la influenza y el Covid.