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Más tráfico de lo normal y las caídas en los agujeros dificultan el paso peatonal, de transporte y automóviles, situación que se agudiza con los camiones de carga.
“Los camiones pesados que pasan y las obras hacen imposible pasar por esta calle, porque hay mucho bache, cuando llueve hay hasta cinco accidentados al día”, narra Germán, vecino de la colonia y conductor de taxi por aplicación.
En un tramo de 100 metros los conductores debes sortear las oquedades e ir completamente atentos para no caer en alguna trampa del asfalto minado, porque si te descuidas un error podría costarte varios cientos o miles de pesos.
A solo unos metros están las colonias Real del Monte y Reacomodo Pino Suárez quienes se enfrentan, dicen, “al calvario permanente” al salir y llegar a sus hogares.
Desde hace 10 años comenzaron las obras en el Cetram de Observatorio en el que confluyen el Tren Interurbano, las Líneas 1, 9 y 12 del Metro y la Central Camionera, pero aún no hay fecha para que finalicen.
La falta de pavimentación y las obras inconclusas no es lo único que hace peligrar la vida en esta colonia.
Sin que las autoridades hagan caso al llamado vecinal para que les den mantenimiento a las calles, el arbolado sigue levantando el asfalto de las banquetas que, aseguran, también carece de alumbrado público por lo que los peatones sufren accidentes muy seguido.
Debido a que vecinos han convertido en basureros clandestinos las estructuras de camiones que, afirman están abandonadas, también temen enfrentarse a un riesgo sanitario.
“Vivo aquí y las banquetas están así desde hace 40 años pero con las obras está peor” dice una vecina de Real del Monte
Los conductores aseguran que las precipitaciones recientes agravan el problema al convertir las calles en trampas mortales.
Estos agujeros también impactan en la economía.
“Por la talacha solo de la llanta pagan hasta 500 pesos”, asegura el dueño de la vulcanizadora “el Güero”, que lleva 12 años en el negocio.






