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“Sería mejor si ya no estuviera aquí”, “me dan ganas de dormir y no despertarme” o “me dan ganas de desaparecer” son las tres frases que están identificadas como las más vinculadas a un deseo de dejar de vivir.
En su más reciente actualización, de 2022, el INEGI asegura que 8,123 personas terminaron con su propia vida en México.
Además de verbalizar esas ideas, la especialista identifica los cambios en el estado de ánimo (están más deprimidos o deprimidas; lloran más, sienten más ansiedad, están agitados, se mueven mucho, no pueden respirar bien, se enojan fácilmente o incluso pueden no expresar nada), en los hábitos de sueño y alimentación, o incluso pueden regalar sus posesiones sin ninguna razón.

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La maestra Colunga identifica a la conversación cálida una forma de iniciar a ayudar a alguien, aunque acepta que quien llega al punto de querer terminar con su vida puede estar aislado.
El Gobierno de la República ha puesto en redes sociales el programa “Línea de la vida”, donde especialistas pueden ayudar a las personas que se acerquen virtualmente a pedir soporte.
En el sitio https://www.gob.mx/salud/conadic/acciones-y-programas/centro-de-atencion-ciudadana-contra-las-adicciones-134381 están las ligas a los perfiles sociales de este programa que también lucha contra las adicciones.







