Más Información
Primero, se casó Alfredo y dos años más tarde, Marco Antonio; ambos vieron crecer su familia, tuvieron hijos y estos a su vez procrearon a los suyos, situación que traería consigo lo impensable: una disputa entre hermanos.
Y todo porque Alfredo permitió a su primogénito construir unos cuartos en su porción de terreno, pero terminó invadiendo el de su tío. Marco Antonio reclamó y de ahí se vinieron los conflictos, que escalaron hasta que se liaron a golpes.
Alfredo denunció a Marco Antonio por lesiones, por lo cual fue vinculado a proceso; al tratarse de las que tardan en sanar menos de 15 días, el juez del caso remitió el caso al servicio de facilitación penal del Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la CDMX, a fin de que el imputado tratara de llegar a un acuerdo reparatorio con la víctima, y así zanjar el conflicto.
En la sesión de facilitación penal, Marco Antonio se dijo dispuesto a pagar los gastos médicos y de medicina erogados por su hermano.
Alfredo comprobó los gastos médicos en 11 mil pesos, y consciente de la fraternidad que lo vinculaba a su hermano, aceptó llegar a un convenio de reparación del daño.
Una vez firmado el documento, se remitió al juez para que lo aprobara y con ello cumplir el mandato de reparación integral del daño a la víctima.







