Por: MARÍA CABADAS
Estos eventos incluyeron nueve fulguraciones de clase X, que son explosiones de luz extremadamente intensas, las cuales causaron efectos notorios como interrupciones en las comunicaciones de radio que afectaron principalmente a México.
Las tormentas solares, al igual que las auroras boreales, son fenómenos naturales que se producen con cierta regularidad. Sin embargo, su ocurrencia y severidad son difíciles de predecir, similar a los sismos.
Según los expertos del Sciesmex, no es posible prever con exactitud cuándo ocurrirán los eventos más severos, lo que complica los esfuerzos de mitigación.
Explicó que son especialmente preocupantes porque pueden causar perturbaciones globales en el campo magnético de la Tierra y tienen el potencial de afectar satélites, sistemas de telecomunicaciones, redes de posicionamiento global (GPS), navegación aérea y, de manera crítica, las redes de generación y transmisión de energía eléctrica.
El alcance global de este fenómeno ha sido tal, que servicios de clima espacial en varios países confirmaron la posibilidad de que se produzca una tormenta geomagnética severa.
Esto ha permitido, a su vez, la observación de auroras boreales en latitudes medias, un espectáculo raro y fascinante para los observadores en esas regiones.







