“Creo que el formato, teniendo la posibilidad de que presentaran propuestas claves y profundas en los seis temas que se abordaron, se volvió muy desordenado y se sentía, incluso, a veces, como exageradamente limitativo en cuestión de las preguntas que no necesariamente les permitían a ellas desarrollar sus propuestas”, comentó.
Consideró que es necesario modificar la estructura del siguiente debate, que se realizará el 28 de abril, y que el INE considere mayor flexibilidad y la posibilidad de que los candidatos conversen.
Leonardo Curzio, analista político y columnista, coincidió en que se utilizó un formato erróneo que imposibilitó el debate entre los candidatos: “Creo que fue un mal formato, no permitió agilidad, no permitió moderación activa y no permitió que las candidatas, no solamente desarrollaran propuestas, sino que contrastaran las mismas, muchas preguntas que no me parece que sean moderación activa, la producción en general fue mala y fue un desastre el tema de los cronómetros, por tanto, generaron confusión, señaló.