En la comunidad campesina de Huamuchitos, en los Bienes Comunales de Cacahuatepec, en la zona rural de Acapulco, sus pobladores están en incertidumbre: perdieron viviendas, negocios y sus cultivos, además de eso, advierten que en sus pueblos se vendrá la violencia.

Los 47 pueblos que integran los Bienes Comunales de Cacahuatepec son unos 3 mil pobladores que se dedican al campo, en unas 20 mil hectáreas producen maíz, calabaza, jamaica y ajonjolí. 

Esta es una comunidad abandonada, no de ahora por el paso del huracán “Otis”, sino de siempre: no hay centro de salud, no hay médicos, no hay medicinas, no hay drenaje. Está en el abandono. 

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Estos pueblos están pegados al cauce del río Papagayo, sin embargo, no cuentan con el servicio de agua potable. 

“Este también es Acapulco, el Acapulco rural ese al que los gobernantes han invisibilizado, es el Acapulco de la pobreza. Hay tres Acapulcos: el de los ricos, en la Costera; el de los pobres, en colonias como Renacimiento, y el de la miseria, y ese está aquí”, dice Marcos Antonio Suastegui. 

 “Otis” destruyó sus sembradíos, el viento aplastó las plantas de maíz, de jamaica y de ajonjolí. Sus sembradíos eran su sustento, ahora no tienen nada. 

Sus cosechas son las que le dan los recursos para sobrevivir. Así que esperan una escasez profunda de alimentos si no reciben apoyo, el maíz es fundamental en su canasta básica. 

Sin embargo, ya están sufriendo la escasez, en los Bienes Comunales de Cacahuatepec la ayuda ha llegado muy poco. Los víveres se terminan y los pocos que se venden cuestan muy caros. 

“Por una veladora para alumbrarnos, cuesta 35 pesos, un huevo 10 pesos, así no vamos a poder resistir”, dice una pobladora. 

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