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Los gritos de los testigos y el ruido del tanque alertaron a Juan Alejandro y a Édgar. Ellos, trabajadores del camión repartidor descendieron del vehículo para tratar de apagar el fuego.
No llevaban extinguido ni tanques de agua. Por eso los comerciantes de 20 puestos metálicos instalados en la esquina del Periférico Sur y la Calzada de Tlalpan, ayudaron a los dos trabajadores.
Ellos cuentan que utilizaron refrescos, botellas con agua y hasta comida para lanzar hacia el fuego que ya llegaba al camión repartidor de gas.
En su intento por sofocar las llamas, los comerciantes y los dos trabajadores del camión continuaron arrojando agua y tierra. Pero tras unos minutos, el fuego llegó hacia el camión que transportaba 80 cilindros cargados con gas.
Fue el tamaño de las llamas lo que obligó a los vendedores y testigos a retirarse del lugar.
Unos cuántos, dicen los comerciantes, lograron agarrar el dinero de las ventas del día para alejarse del incendio. Otros prefirieron apagar las llaves de sus tanques de gas para así evitar que el incendio se propagara.
Fue casi cuarenta minutos después de iniciado el percance cuando paramédicos y bomberos de Tlalpan arribaron al lugar.
Los rescatistas trabajaron por más de una hora para controlar las llamas y para retirar a los curiosos que se encontraba a sólo 20 metros del camión incendiado.
Los bomberos bajaron 50 de los 80 cilindros y mantuvieron el agua sobre los tanques para evitar que volvieran a prender.
Después de casi dos horas los empleados fueron trasladados a la agencia ministerial. Ambos presentaban heridas provocadas por el fuego.
Una vez controlado el incendio, los comerciantes también regresaron a sus puestos.
