PREGUNTA

Mis hijos crecieron y se fueron. Mi marido murió hace dos años. La casa me queda grande, el silencio me pesa. Siento que mi vida se me fue en lavar, atender y aguantar. Ahora me estoy buscando y me doy cuenta que todavía tengo mucha pila, que las ganas de recuperar el tiempo me invaden, que yo tengo ganas de sentirme deseada y viva. ¿Qué hago con este cuerpo que todavía quiere disfrutar? ¿Qué hago con mis ganas de seguir ardiente?

RESPUESTA

No necesitas reinventarte: solo recordarte. Ponte guapa, sal con tus amigos, no te exijas, ni te impongas, date gusto, escucha tu instinto, habla contigo, compra un vibrador para sentir rico, quiérete mucho. ¡Date placer, date gusto!

PREGUNTA

La vida me está pasando por encima. Trabajo, corro, pago cuentas, me desgasto en el tráfico, soy una mamá presente, trabajadora y mi hija de 15 me suelta como si nada que le gusta una niña. Yo me quedo helada. Como si me hubieran empujado a un abismo. No sé ni qué decir, ni qué hacer. ¿En qué fallé?

RESPUESTA

No fallaste. No estás obligada a reaccionar perfecto. Quítate tus miedos y tus juicios, vuelve a mirar desde el amor que le tienes a tu hija. Háblale. Dile que la escuchas y la quieres. No te castigues, ni la castigues ni la juzgues. El amor seguro que es más grande que tu desconcierto. Abraza a tu hija. Acéptala y no pidas explicaciones.

PREGUNTA

Se me está yendo la vida entre cuentas. Todo sube menos mi sueldo. Cuando mis hijos me piden algo, me duele no poder darles más. Cuando mi esposa me mira desesperada no encuentro palabras, ni fórmulas para traer más lana. ¿Cómo se educa sin dinero, sin tiempo, sin paz? ¿Cómo ayudo a mi mujer que ya no sabe ni de dónde viene el siguiente sablazo?

RESPUESTA

Se educa con presencia. Los hijos no se quiebran por no tener juguetes: se quiebran cuando los adultos esconden lo que duele, cuando pelean. Enséñales a valorar, a esperar y agradecer. La falta de dinero no te vuelve un mal marido o un mal padre. Tu silencio, tu distancia, tu enojo, sí. Habla. Acaricia. Sostén. Eso también alimenta. Sé creativo, no te des por vencido.

PREGUNTA

Mi papá nunca estuvo. Crecí con un hueco que no se llenó ni con abrazos ni con fiestas que me organizaba mi mamá. Los regalos no me compraron el cariño de un papá ausente. Ahora que estoy criando a mi hija sola, que trato de suplir la a ese hombre que en mi vida no estuvo y que en la de mi hija no está, me da miedo que mi hija sienta el mismo abandono que yo sentí de niña. ¿Se puede romper una herencia así o estoy condenada a repetirla?

RESPUESTA

La herencia no te condena; te advierte. El vacío que conociste de niña te hizo más consciente, no más débil. Tu hija necesita una madre despierta y sincera. Esa falta también te vuelve capaz de darle a ella lo que tú buscaste toda la vida: certeza de que uno puede caminar para adelante, aunque falten ciertas piezas en nuestra historia personal.

PREGUNTA

Revisé el celular de mi esposo porque algo en mis tripas me dijo que lo hiciera. Encontré mensajes de otra vieja. Él dice que es “una cualquiera por la que no siente nada”, que es “una loca que lo anda persiguiendo”; dice que exagero, que yo que hago metiéndome en sus cosas, que yo sé que él me quiere, que diario viene a dormir a mi cama, que no entiende porque no me pongo más trucha en lo mío y dejo su celular en paz; pero desde entonces no me puedo quedar tranquila, no puedo comer sin sentir náusea y hasta vomito. ¿Será que ya me estoy volviendo loca?

RESPUESTA

No necesitas reinventarte: solo recordarte. Ponte guapa, sal con amigos, no te exijas, ni te impongas, date gusto, escucha tu instinto, habla contigo, compra un vibrador, quiérete mucho. Date placer, date gusto.

Google News