José Alberto Castro se ha consolidado, con el paso de los años, como uno de los grandes referentes del melodrama en México. Su visión ha permitido que las historias tradicionales no solo sobrevivan, sino que dialoguen con

En 2026 tiene entre manos un ambicioso proyecto inspirado en Los Hermanos Coraje, con el que busca darle un giro al melodrama clásico que forma parte del ADN de la televisión mexicana, atractivo y una intención clara: impulsar a los nuevos rostros protagónicos.

Encabezan el reparto Emmanuel Palomares, Emilio Osorio y Brandon Peniche, tres nombres pensados para conectar con nuevas audiencias, acompañados por dos verdaderas perlas del género: Sergio Goyri y Patricia Navidad, quienes aportan experiencia, oficio y ese peso escénico que sostiene

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Porque, aunque a veces lo olvidemos, las telenovelas siguen muy vivas. Sus audiencias no llegan por moda ni por impulso, sino por costumbre, cariño y hábito. El melodrama no busca golpes inmediatos ni maratones de fin de semana: se cocina a fuego lento, capítulo a capítulo… como las buenas historias y como casi todo lo que sí funciona en la vida.

¿Por qué el melodrama sigue vigente y se reinventa para nuevas audiencias?

A esto se suma un elemento clave: Arizona será el estado donde se desarrollará la historia, derivado de la fusión de TelevisaUnivision. Gracias a esta integración, la producción puede trabajar de manera más ágil y completamente legal en territorio estadounidense, lo que facilita permisos, procesos y operación, además de abrir una proyección internacional inédita para una producción mexicana grabada íntegramente en la Unión Americana.

EN DÍAS RECIENTES se dio a conocer el fallecimiento del periodista Pablo Ramos, un profesional de la pluma cuya mirada formó a varias generaciones. Pablo enseñó a ir más allá del lugar común y a entender que el entretenimiento también se piensa y se escribe con responsabilidad. En lo personal, llegué a esta casa gracias a su invitación, un gesto que marcó mi camino y que no se olvida. Muchos le aprendimos y la industria del entretenimiento le debe algo.

Pablo Ramos no buscó reflectores, pero dejó huella. Duele el adiós al profesional riguroso y al amigo generoso. Se le va a extrañar en la redacción y en la charla; su enseñanza permanece en cada historia que se decide contar bien, con honestidad y respeto. Esta columna regresará el 12 de enero. Nos leemos entonces, aquí, en Quizá hablemos de ti. Felices fiestas.

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