La historia de Tommy Lynn Sells es una de las más aterradoras que jamás haya cruzado los límites de las crónicas criminales. Apodado “El asesino de costa a costa”, Sells fue un hombre que, durante más de dos décadas, sembró el miedo por todo Estados Unidos. Su vida y su carrera criminal se tejieron en las sombras, mientras él viajaba sin rumbo, buscando nuevas víctimas en cada rincón del país.
¿Quién era Tommy Lynn Sells?
Nacido el 28 de junio de 1964, Tommy Lynn Sells se convirtió en uno de los asesinos en serie más notorios de Estados Unidos. Su nombre no estaba ligado a un patrón claro; no había un perfil que lo definiera, ni un motivo que explicara sus crímenes. Se movía de estado en estado, sin que la policía lograra rastrear su presencia. ¿Qué lo motivaba? No se trataba de una búsqueda de poder o venganza, sino de un impulso incontrolable que lo empujaba a matar sin razón aparente.
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Un asesino en movimiento
Sells aprovechó su vida de vagabundo para escapar de la justicia. Durante su carrera criminal, se estima que asesinó al menos a 22 personas, aunque él mismo afirmó haber matado a más de 70. Desde jóvenes mujeres hasta niños inocentes, sus víctimas no tenían un perfil común. Nadie estaba a salvo. Su manera de operar era impredecible y brutal. Lo que lo hacía aún más aterrador era su habilidad para moverse por el país, con crímenes que parecían ocurrir de la nada, sin dejar huellas ni pistas claras.
El caso de Krystal Surles: La sobreviviente
Uno de los momentos más cruciales en la caza de Sells fue cuando Krystal Surles, una niña de 10 años, sobrevivió a un ataque de Sells. Tras ser brutalmente atacada, Krystal logró escapar y proporcionar una descripción detallada de su agresor. Esta valiosa información permitió que la policía comenzara a vincular los crímenes de Sells, lo que finalmente lo llevó a su captura en 2000.
La detención y el juicio
La captura de Sells fue un giro inesperado en su historia, y aunque fue condenado por varios de sus crímenes, él mismo confesó muchos más, algunos sin poder confirmarse. En 2000, fue arrestado y condenado por el asesinato de Kaylene Harris, una niña de 13 años. Su testimonio durante el juicio fue escalofriante; Sells no mostraba remordimiento por sus actos, incluso afirmaba que lo hacía por necesidad, como si fuera algo natural en su vida. En 2014, después de años en el corredor de la muerte en Texas, fue ejecutado por inyección letal, pero su legado sigue siendo un enigma.
La historia no terminada
¿Era Sells realmente responsable de tantas muertes? ¿O simplemente se aprovechaba de la oportunidad cuando surgía? La falta de pruebas para muchos de sus crímenes deja preguntas sin respuesta. Lo cierto es que, más allá de su ejecución, el nombre de Tommy Lynn Sells sigue siendo sinónimo de uno de los asesinos más misteriosos y despiadados que jamás haya aterrorizado a Estados Unidos. Su historia, como un thriller de horror real, sigue resonando, dejando una marca imborrable en la criminología estadounidense.







