Silvia quería una vida alegre pero la pandemia del Covid-19 frustró sus planes, en Italia

Los planes de tener una vida más alegre cambiaron para Silvia desde que llegó la Covid a Italia. Ella, una chica romana de 34 años, tiene que conformarse con quedarse en casa y esperar a que reactiven la economía para continuar en su búsqueda de empleo.

Y es que Silvia dejó su trabajo unos meses antes de que la pandemia golpeara el mundo para dedicarse a otra profesión. Su trabajo como contadora en una empresa japonesa le era bastante monótono, por lo que optó por renunciar.

Al poco tiempo, emprendió una aventura por Malta que duró varias semanas, y donde su objetivo era aprender inglés. Pero eso también le sirvió para conocer a gente de todo el mundo, con quienes logró hacerse de amistades.

De regreso a Roma, y a principios de 2020, ella comenzó un curso de marketing con clases presenciales… hasta que llegó la Covid a su país. Por eso, el gobierno italiano decretó el encierro en casa, primero por dos meses, por lo que sólo abrían los supermercados y las farmacias.

Para mayo, los negocios fueron abriendo poco a poco en Italia, y así continuó por todo el verano. “El virus se había calmado un poco y la gente casi regresaba a su vida anterior”, cuenta.

Aún así, ella asegura que siempre ha estado atenta a la Covid, pues nunca fue a las discotecas, ni a los locales al aire libre, porque consideraba que era peligroso.

REBROTE

Para otoño, el virus regresó aún más fuerte y, por lo tanto, había más contagios, debido a que muchas personas se descuidaron durante el verano.

Por ello, el gobierno de su país estuvo cerrando y abriendo algunas actividades, pero siempre monitoreando los contagios.

La ‘nueva normalidad’ cambió la vida de Silvia; ocasionalmente, tenía algunos trabajos publicando artículos para un sitio web, tanto en italiano como en inglés, aunque sin mantener algo estable. Ella se mantiene con su familia y sólo frecuenta a las mismas amigas que sabe que se cuidan, pero sin salir de Roma.