MURIÓ ESTE JUEVES
Sexo en la realeza, curiosidades íntimas que pudo haber vivido la Reina Isabel II
Sexo en la realeza, curiosidades íntimas que pudo haber vivido la Reina Isabel II (Foto: Redes sociales)
En la historia de las monarquías europeas el sexo ha jugado un papel fundamental y ha sido de las cosas más escandalosas.
Sus reglas han ido desde establecer con quién casarse, hasta cómo deben dormir.
Si bien uno puede pensar que reyes y reinas tiene el poder de hacer lo que les viene en gana, esto dista mucho de ser verdad, sobre todo en las reglas sexuales a las que deben someterse.
Por ejemplo, el matrimonio acordado. Es de lo más sabido que durante siglos se acordaban los matrimonios entre la realeza, aún antes de nacer.
Y es que se acordaban las uniones solo para mantener el poder del reinado, así que el amor en estos casos no tenía cabida, y por ello las historias de infidelidades abundan en la monarquía.
Otra cosa es el tener hijos. Hay una exigencia centenaria en la realeza: se exige a los reyes tener descendientes legítimos, de preferencia varones que mantengan la
línea de sucesión.
Para asegurar esta herencia se requería que se tuvieran muchos hijos, porque si alguno moría la corona permanecía en la misma familia.
La hemofilia, una enfermedad en que la sangre no coagula y que causa hemorragias tanto espontáneas como después de una operación o de tener una lesión, era conocida como enfermedad de los reyes, justo
porque la sangre era de la misma familia lo que hacía que se heredara.
Uno de los casos más famosos corresponde a la familia real británica. Alexis, nacido en 1904, uno de los 42 nietos de la reina Victoria, hijo de Alejandra y el zar Nicolás II de Rusia (último monarca ruso), padeció la enfermedad.
Otra curiosidad: Usar vestido blanco para casarse viene de la realeza. La población en general que vivió alrededor de los años 1700 usaba mucho los colores pastel para las bodas y lo que destacaba era la manera en que se arreglaba la novia, no tanto
el color del vestido.
Es a partir del sigo IX cuando los vestidos de novia se cargaron de mayor simbolismo en las ceremonias matrimoniales, ya que empezaron a representar el estatus social.
El parteaguas en esto fue cuando, siendo el rojo el color oficial de la realeza, la Reina Victoria de Inglaterra se reveló ante dicha tradición y decidió usar un vestido blanco para su boda con Alberto de Saxe-Coburg el 10 de febrero de 1840.
La fotografía oficial de la boda fue extensamente difundida y muchas novias optaron por un vestido similar en honor a esa elección, y a que la reina era tremendamente popular.
Se dice que lo hizo no porque se viera como un símbolo de pureza, sino de riqueza.
De acuerdo a relatos biográficos como los de Sally Bendell Smith, hoy sabemos que los reyes, por lo menos de Inglaterra, tienen cuartos separados y cada quien duerme en su cama ya que es parte de la costumbre y tradición de las clases altas británicas.