Ser padres en los tiempos del WhatsApp y las pandemias

Antes no se educaba a la sombra de las redes sociales, existía una verdadera sana distancia entre la paternidad/maternidad y la información que se llevaba a casa, a diferencia de hoy que la información se mete aún sin que la llamemos a través de las redes sociales, fenómeno que en realidad está abarcando a la generación de estudiantes actuales, ya que los padres que hoy pueden estar en sus veintes, no fueron criados con padres atados a las redes sociales, como ahora.

Una de las aplicaciones más usadas por los padres para eficientar las actividades escolares es WhatsApp, pero como toda red social, a decir de Natalia Soto Stefanovich, psicóloga educativa y terapeuta familiar, las redes sociales son muy bien recibidas por las personas por dos cosas: 1.- nos dan pertenencia y 2.-nos permiten hacernos de reconocimiento social, “las redes sociales son atractivas porque son un espacio o herramienta virtual en la que se genera una comunidad, te unes a una red social porque te hace pertenecer, te acerca a las personas que conoces, hay grupos de interés específicos, lo brinda tanto a adultos como hasta niños".

Se vuelve adictivo por la supuesta necesidad que tenemos de estar informados, "de creer que no puedo dejar que pase un hora sin saber que es lo último que está pasando en el mundo porque entonces, la próxima vez que tenga una conversación con alguien no voy a saber de qué está hablando, igual pasa si no estoy al tanto del ultimo chisme, de lo último que pasó entre mis grupos de música favoritos, las tendencias en la moda, en espectáculos, etcétera, por eso necesito estar todo el tiempo conectado, y hoy quien más sabe, aunque la información sea falsa, es admirado", explica la experta.

Y es que hoy existen dos necesidades que estas aplicaciones satisfacen, una es la inmediatez y demostrar quién sabe más, de acuerdo con Soto Stefanovich, son la maneras actuales en que se da el reconocimiento social, "esto nos genera una falsa sensación de seguridad, pues mientras más información tengo, me hundo en un mar de confusiones, porque la mayoría de las fuentes no son verídicas o tienen información parcial, eso genera creencias falsas, pero al final es información que para un grupo se vuelve su verdad y así las difunde".

"En el caso de los chats de las escuelas, el padre de familia que más sabe, es simplemente el que tiene la información a mano, sea la fuente que sea, incluso hay luchas de egos donde mientras más información se maneje, se es más reconocido”.

Al final el exceso de exposición a la información, que no tiene fuentes confiables y que se mezclan con datos verdaderos, rumores y criticas sin análisis, generan información controvertida, y en tiempos de crisis como en los sismos o ahora las pandemias, ayudan solo a generar más ansiedad en las personas, a causa de su adicción por tener mucha información, y en lugar de encontrar respuestas para su tranquilidad, obtienen un incremento del estrés.

 “El exceso de exposición a la información, cuando además no se sabe buscar y no se diferencian las fuentes certeras de los rumores, al priorizar lo inmediato sobre lo cierto, genera confusión, los datos contrarios hacen que el cerebro tenga que hacer un ejercicio más complejo que solo entender el hecho; pasa con la información y los comunicadores que hoy dejan de ser vistos como la referencia de la notas que sí están buscadas, porque no tenemos esa cultura de saber ver las fuentes de donde viene la información, no sabemos ni dónde, ni cómo corroborar que la información que leemos sea así, y muchas veces hasta nos quedamos solo en el título, los chicos ahora ya están acostumbrados a leer solo una frase y es con lo que se quedan, no es en vano que los videos de redes solo sean de 30 segundos. Cuando solo te quedas con el título das conclusiones erróneas. Ahora los jóvenes creen que saben más porque lo vieron en Google, y eso los pone arriba de cualquier otra persona, incluso que tenga más edad, conocimientos o madurez, retan esos conocimientos frente a otras fuentes incluso verídicas y reales porque lo vieron en Intenet, y les parece verdadero”.

Por lo anterior, Natalia Soto aclara que es necesario limitar el tiempo de exposición a las redes sociales, “realmente lo que estamos viviendo es algo nuevo para el mundo entero, la información y la desinformación excesiva contribuye a ponernos mal, sobre todo si ya detectamos que tenemos ansiedad por lo que está pasando, porque todos lo estamos viviendo en alguna manera, a algunos les afecta más que a otros, si sé que cuando acceso voy a encontrar algo sobre el tema, debo decidir cada cuando, o cuantas veces al día voy a ver mi celular, una forma sana es revisar el celular solo por la mañana y por la noche, y durante el día hacer cosas que distraigan, las cosas no van a cambiar mucho de una hora a otra, pero puedes actualizarte durante la mañana y la noche, y para los niños es exactamente lo mismo, ellos deben tener un tiempo limitado para ver las cosas”, concluye.