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Embajador hace desplante a reina Letizia y revive ¿qué derechos no tiene la mujer en Irán?

Embajador hace desplante a reina Letizia y revive ¿qué derechos no tiene la mujer en Irán?

Embajador hace desplante a reina Letizia y revive ¿qué derechos no tiene la mujer en Irán? (Foto: Video)

Viral 25/01/2023 15:21 Uriel Rodríguez Actualizada 15:22
 

Sin mayor empacho, el embajador de Irán en España, Hassan Ghashghavi, decidió llevar su mano derecha al corazón antes de estrecharla con la Reina Doña Letizia de España.

El desaire ocurrió este miércoles, cuando el rey Felipe VI y su esposa recibieron esta mañana al Cuerpo Diplomático acreditado en España, un evento que se realiza cada año.

En el video que registró el desencuentro, Hassan Ghashghavi evita dar la mano a la reina Letizia, ya que las normas impuestas por la revolución islámica de 1979 en Irán prohiben que los hombres den la mano a las mujeres en público.

A pesar de que la Casa Real no ha comentado el hecho, usuarios de redes sociales han criticado el desplante que sólo se explica porque Irán, en sus leyes, instituciones y tradiciones, somete a las mujeres ante una supuesta supremacía masculina.

No darle la mano a una mujer en público podría pasar por algo simple si conocen otras normas sociales iraníes.

A partir de los 9 años, las niñas deben usar velo y una gabardina que cubre todo su cuerpo. De no hacerlo así, la policía puede detenerlas.

En las zonas rurales de Irán, el padre o el abuelo debe dar permiso para que una mujer se case, enlace que se puede realizar desde que ella tiene 13 años.

La prostitución está prohibida en Irán, pero un hombre puede mantener relaciones con una mujer soltera aunque esté casado. 

Esta relación temporal, conocida como sigheh, puede durar lo que el varón decida, desde 20 minutos hasta años, y según la ley iraní, cada hombre lo puede hacer hasta cuatro veces en su vida.

Si una mujer iraní está casada y debe salir de su país por cuestiones de trabajo, al solicitar un pasaporte requiere acudir con su esposo a la oficina para hacer el trámite con el fin de recibir su autorización.

Incluso, para aceptar ese trabajo o cualquiera otro también debe darle permiso su esposo.

Si una mujer pretende divorciarse, debe justificar ante una corte sus razones; si el esposo se opone, es posible que ni siquiera sea escuchada por los juzgadores. Si logra que el proceso avance, pueden pasar años antes de conseguir la separación legal.

Pero si es un hombre quien pide la separación, no requiere de ninguna justificación y se realiza en lapso muy breve.

Ante esta desigualdad legalizada, cada vez más mujeres, desde el momento mismo de casarse, exigen ante la ley tener libertad para exigir el divorcio cuando lo crean necesario.

El acceso a píldoras anticonceptivas es prácticamente imposible para las mujeres, al igual que el aborto, lo que impide que puedan decidir sobre su reproducción o planificar el crecimiento de su familia.

Que no les den la mano a las mujeres en público es, ante estas prácticas, una nimiedad.

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