Crean museo de objetos del espionaje ruso, en Estados Unidos

En el barrio neoyorquino de Chelsea se abrió hace unos días un museo con tres mil 500 artefactos utilizados por el servicio secreto soviético para obtener la información y las múltiples variantes que la agencia.

Las piezas que conforman la colección muestra cámaras ocultas en la villa de un cinturón botones falsos en las chaquetas para cubrir las lentes. Aunque entre los objetos más curiosos destaca un termómetro que los ejecutores del KGB clavaban en el estómago de sus víctimas para comprobar que estaba realmente muerta.

Se encuentran también algunas puertas originales de las celdas que el servicio de espionaje tenía en algunos cuarteles.

Hace casi tres décadas que el KGB dejó de existir. De los cerca de 3.500 artefactos que se exponen de la era analógica durante la Guerra Fría, sólo dos son réplicas. Algunas pueden parecer macabras.

Pero como señala el guía, donde el régimen soviético fue realmente cruel y efectivo fue al provocar que sus ciudadanos se preguntarán en todo momento quién podía estar observándonos o escuchando.