Estos son los peligros de dejar de usar el cubrebocas

Después de dos años y medio, todos queremos olvidarnos del cubrebocas. ¿Pero es una buena idea dejar su uso en lugares cerrados?

Algunos expertos responden con otra pregunta: si alguien en tu entorno fuma, ¿puedes olor y sentir el humo de su cigarrillo? Si la respuesta es “sí” es muy probable que también alguien pueda contagiarte gripe, influenza o incluso Covid.

Buena parte de las enfermedades virales respiratorias, como las tres mencionadas en el párrafo anterior, se contagian a través de microgotas que expelemos al toser, estornudar, reír a carcajadas o al respirar con agitación, como cuando hacemos ejercicio intenso.

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Y es por esto que el uso de cubrebocas se sigue recomendando al menos en los lugares con poca ventilación, como el transporte público, las salas de espera, incluso en algunas oficinas en las que se carece de ventanas o aire acondicionado.

“Japón es un ejemplo de cómo una sociedad en la que sus miembros han decidido protegerse entre sí: en el metro, el tren, sus taxis y autobuses, todos los japoneses llevan cubrebocas, en especial aquellos que no han podido quedarse en casa a pesar de estar enfermos”, comenta la doctora Diana Guerrero, urgencióloga pediatra del Hospital Español. “Y es en parte gracias a las máscaras que, a pesar de covid, en los dos años anteriores las tasas de pacientes por influenza fue muy baja. La otra parte fue la vacunación”.

En este otoño e invierno que recién arranca volverán a convivir la influenza estacional y lo que quede de Covid, una situación que los especialistas piden que no se tome a la ligera.

Las personas con más riesgo son las embarazadas, los recién nacidos y niños menores de 5 años, los ancianos y los pacientes con enfermedades crónicas cardiacas, pulmonares, renales, metabólicas, del desarrollo neurológico, hepáticas o hematológicas, o aquellos inmunodepresivos por VIH/sida, quimioterapias, corticoterapias o neoplasias malignas.

Como con Covid, la gripe estacional también puede transmitirse por las manos contaminadas. Las gotículas que se quedan en las manos pueden alojarse en superficies como pasamanos, manubrios, mesas, por lo que lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca y la nariz con el ángulo interno del codo o un pañuelo al estornudar o toser es importantísimo.