Covid-19 acaba con sueños de venezolana, murió sola en Perú

Bogotá.–Nancy Castillo no quería dejar a su familia. Pero a medida que la inflación se disparaba en Venezuela, restándole prácticamente todo el valor a su salario como trabajadora social, la joven de radiante sonrisa y rizos color ámbar decidió que su futuro estaba lejos de ahí. 

 Uno de sus tres hermanos vendió su motocicleta para ayudarla a comprar el costoso pasaje de autobús para su larga travesía a través de cuatro países. 

“Mami, no te preocupes”, le dijo a su madre, que no podía contener las lágrimas, justo antes de partir. “Me voy para allá por un mejor futuro”.

En Perú, encontró trabajo como vendedora de máquinas de coser y como mesera, pero el salario no era suficiente. Los peruanos, escépticos de los inmigrantes venezolanos, no la hicieron sentirse bienvenida. Pero el mayor ladrón de sus sueños resultó ser un diminuto y silencioso enemigo. 

FUE ELEGIDA VARIAS VECES COMO LA "REINA DE LA CLASE"

En mayo comenzó a presentar fiebre y una semana después fue al hospital. Fue ingresada y se le proporcionó oxígeno, pero no mejoró. Luego de tres semanas en una unidad de cuidados intensivos en el sur de Perú, finalmente murió a los 30 años de edad.

 Sus familiares están molestos con el gobierno de Venezuela porque ante la situación económica Nancy se vió obligada a emigar, también con la oposición a la que acudieron y de la que no recibieron ayuda.

Por ahora, las cenizas de la mujer descansan en una pequeña caja de madera en Arequipa. Algún día, cuando la pandemia haya quedado atrás, su hermana las llevará de regreso a Venezuela.