El Domingo de Pascua la voz no le ayudó al Papa Francisco a dar su tradicional mensaje, sin embargo, quedará en la historia por ser la última aparición pública de su pontificado.
Aunque fue a través de un clérigo asistente que las últimas palabras retumbaron en los oídos del mundo, el líder católico desde el balcón de la Basílica de San Pedro las dedicó a la construcción de la pazentre las naciones. “La paz es posible”, escribió.
"El perdón ha triunfado sobre la venganza. El mal no ha desaparecido de la historia; permanecerá hasta el final, pero ya no tiene predominio; ya no tiene poder sobre quienes aceptan la gracia de este día”, manifestó ante sus feligreses, esos que hoy lloran su partida.
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Fiel a su ideología, Jorge Mario Bergoglio habló por el bien de los migrantes, aquellos a los que visitó en su primer viaje de su pontificado.
"Renováramos nuestra esperanza y nuestra confianza en los demás, incluso en quienes son diferentes a nosotros o vienen de tierras lejanas, trayendo costumbres, formas de vida e ideas desconocidas. Porque todos somos hijos de Dios", enfatizó.
El líder vigente de la iglesia católica también expresó su cercanía a los sufrimientos de los cristianos en Palestina y en Israel , y a todo el pueblo israelí y palestino.
"Hago un llamamiento a las partes en conflicto: declaren el alto el fuego, liberen a los rehenes y acudan en ayuda de un pueblo hambriento que anhela un futuro de paz", pidió Francisco.
Sus palabras no olvidaron el conflicto entre Ucrania y Rusia manifestando que "Cristo resucitado conceda a Ucrania devastada por la guerra el don pascual de la paz y aliente a todas las partes implicadas a proseguir sus esfuerzos para lograr una paz justa y duradera".
Convencido del valor de la libertad, el Papa aseguró que "no puede haber paz sin libertad religiosa, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto a las opiniones de los demás".
Durante sus palabras envió un mensaje a los líderes de la política mundial, muchos de ellos ya expresaron sus condolencias ante la noticia de su fallecimiento.
"A todos los que ocupan puestos de responsabilidad política en nuestro mundo para que no cedan a la lógica del miedo, que sólo lleva al aislamiento de los demás, sino que utilicen los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y fomentar iniciativas que promuevan el desarrollo".
"Éstas son las 'armas' de la paz: armas que construyen el futuro, en lugar de sembrar la muerte", afirmó.
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Finalmente, antes de dar su última bendición Urbi et orbi, Francisco sugirió que la Pascua sea "una ocasión propicia para la liberación de los prisioneros de guerra y de los presos políticos".
Esa fue la herencia del Papa Jesuita que durante su pontificado fue testigo de diversos conflictos bélicos, muchos de ellos históricos y que por desgracia no pudo ver consumados.