CALIFORNIA.- La ciudad de Los Ángeles, devastada por extensos incendios en la costa oeste estadounidense, esperaba nerviosamente el miércoles que los fuertes y peligrosos vientos secos calmaran y dieran un respiro a los batallones de bomberos.

Los meteorólogos dijeron que el final podría estar cerca más de una semana después del estallido de los incendios, avivados por los vientos de Santa Ana, que arrasaron comunidades de las afueras de la segunda ciudad más grande de EU.

Habrá "una gran mejora para esta noche y mañana, aunque todavía habrá algunas áreas donde la preocupación es persistente", dijo Ryan Kittell, del Servicio Meteorológico Nacional estadounidense.

Partes del condado de Los Ángeles y del vecino Ventura permanecen en estado de "Situación Particularmente Peligrosa". Bomberos trabajan para controlar los puntos calientes que aún podrían arder.

Con miles aún desplazados de sus hogares por los incendios, la vida estaba lejos de ser normal en esa metrópoli. Sin embargo los niños cuyas escuelas quedaron dañadas fueron acogidos en otras instituciones. 

Autoridades federales iniciadron una investigación para esclarecer las causas de los incendios.

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