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Hay un antecedente sobre el nombre de los sitios, porque la frontera entre Texas y los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas es llamada por los estadounidenses río Grande, mientras que los mexicanos lo conocen como río Bravo.
Desde su primera candidatura a la Casa Blanca en 2016, Trump ha tenido varios choques con México sobre distintos temas, desde la seguridad fronteriza y la imposición de aranceles hasta los productos importados. En ese entonces, prometió construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México y hacer que los mexicanos lo pagaran. Estados Unidos finalmente construyó o renovó cerca de 724 kilómetros (450 millas) durante su primer mandato de Trump.
La Organización Hidrográfica Internacional —de la cual tanto Estados Unidos como México son miembros— trabaja para asegurar que todos los mares, océanos y aguas navegables del mundo estén trazados y cartografiados uniformemente, y también nombra algunos de ellos. Hay casos en los que los países se refieren al mismo cuerpo de agua o monumento con diferentes nombres en su propia documentación.
Puede ser más fácil cuando un monumento o un cuerpo de agua está dentro de los límites de un país. En 2015, el entonces presidente Barack Obama aprobó una orden del Departamento del Interior para cambiar el nombre del Monte McKinley —el pico más alto de América del Norte— a Denali, un cambio que Trump también ha dicho que quiere revertir.
Después de las declaraciones de Trump el martes, la representante Marjorie Taylor Greene de Georgia dijo durante una entrevista en el podcast de Benny Johnson que pedirá a su personal redactar un proyecto de ley para cambiar el nombre del Golfo de México, un movimiento que, según dijo, se encargaría de financiar nuevos mapas y materiales de política administrativa en todo el gobierno federal.
El cuerpo de agua ha sido representado con ese nombre durante más de cuatro siglos, una determinación original que se cree fue tomada de un poblado indígena norteamericano de “México”.
En 2012, un miembro del Congreso de Mississippi propuso un proyecto de ley para renombrar las porciones del golfo que tocan las playas de ese estado como “Golfo de Estados Unidos”, un movimiento que el autor del proyecto de ley más tarde refirió como una “broma”. Ese proyecto de ley, que fue enviado a un comité, no fue aprobado.
Dos años antes, el comediante Stephen Colbert había bromeado en su programa televisivo que, tras el masivo derrame de petróleo de Deepwater Horizon en el Golfo de México, debería ser renombrado “Golfo de Estados Unidos” porque, “lo rompimos, lo compramos”.
Hay una antigua disputa sobre el nombre del mar de Japón entre Japón, Corea del Norte, Corea del Sur y Rusia, y Corea del Sur ha argumentado que el nombre actual no se usaba comúnmente hasta que Corea estaba bajo el dominio japonés. En una reunión de la Organización Hidrográfica Internacional en 2020, los estados miembros aceptaron un plan para reemplazar los nombres con identificadores numéricos y desarrollar un nuevo estándar digital para sistemas modernos de información geográfica.
El Golfo Pérsico ha sido ampliamente conocido por ese nombre desde el siglo XVI, aunque el uso de “Golfo” y “Golfo Árabe” es dominante en muchos países de Oriente Medio. El gobierno de Irán amenazó con demandar a Google en 2012 por la decisión de la compañía de no etiquetar el cuerpo de agua en lo absoluto en sus mapas.