Sin embargo, internautas señalaron que en esa época los zapatos de los niños tenían una solapa a cada lado para cerrarlos con cordones, lo que dejaba un espacio sin cubrir.
El niño que aparece en el cuadro se trata del hijo de Frederick Sluysken, un comerciante de vino. Y pese a que el cuadro no se encuentra ya en exposición, el portavoz de la Galería se refirió a este hecho.
“Estamos encantados de que esta imagen haya tenido tanto éxito entre nuestros visitantes”, expresó.