Reflexionó. “Luego de analizar todas mis relaciones me puse a pensar: a los viejitos no hay que pedirles nada, ellos dan todo porque a su edad no van a conseguir una mujer como yo”, explicó la joven. Son más generosos y menos exigentes, concluyó.
Para poner su plan en marcha acudió a lugares frecuentados por adultos mayores, como el Parque Bolívar, donde conoció a algunos y comenzó a coquetear con ellos.
Además, todos ayudan a Lina con las labores domésticas de su vivienda.