Las redes sociales muestran que la nariz del avión resultó gravemente dañado, la parte superior de la cabina se dobló y los cristales de las ventanas de la cabina se rompieron.
Según el testimonio de una pasajera, el avión tardó unos dos minutos o menos en atravesar la tormenta de granizo.
Afortunadamente, el avión con 173 pasajeros y seis tripulantes a bordo aterrizó a salvo en el aeropuerto de Viena-Schwechat. Ninguno de los pasajeros resultó herido, según Austrian Airlines.
“Sentíamos el granizo cayendo sobre el avión” Emmeley Oakley, una pasajera del vuelo, dio un testimonio de lo ocurrido al medio estadounidense ABC News.
“Creo que estábamos a unos 20 minutos de aterrizar cuando nos encontramos con una nube de granizo y una tormenta eléctrica, y empezaron las turbulencias”, dijo.
La compañía Australian Airlines mencionó que el avión, un modelo de 23 años de antigüedad, estaba siendo revisado para realizar una evaluación de daños específicos.
Aunque los aviones están construidos para resistir situaciones climáticas severas, incluido granizo, rayos y turbulencias, el mal tiempo puede causar graves daños y problemas a los pasajeros. De hecho, el impacto de los fenómenos meteorológico sobre la aviación civil se volvió un tema de actualidad en las últimas semanas, después que los que pasajeros de vuelos de larga distancia fueron arrojados por la cabina debido a fuertes turbulencias.