Los tumores de Charmaine bloqueaban casi por completo su nariz, y uno en su boca dificultaba que comiera y hablara. Una gran masa en su pierna significaba que no podía caminar más que unos pocos pasos a la vez y tenía que ajustar los bultos para poder sentarse y orinar.
Charmaine viajó 6 mil kilómetros para la cirugía que le cambió la vida y que le permite respirar más fácilmente, caminar y jugar con su nieta.
Sesenta horas repartidas en 24 cirugías duró el proceso.