Para alcanzar el firmamento de su disciplina, Stève se ve obligado a una disciplina de hierro. Las sesiones que le impone su mentor y entrenador Kevin Murphy, están a la altura de las ambiciones de cualquier nadador olímpico :“Entreno dos veces al día, cada vez que sube la marea, de día y de noche", asegura. El hombre-pez es un perfeccionista. Para reducir la presión que ejercen las gafas sobre los globos oculares, Stève lleva 14 pares de anteojos, que coloca al sol para ablandarlos”.
Antes de empezar a nadar en aguas abiertas, a los 40 años, tras una dolorosa separación, fue «un corredor experimentado», con dos maratones en la lista. Durante su primera travesía del Canal de la Mancha, en 2018, Stève Stievenart perdió 7 kilos en veinte horas. Inspirándose en los hábitos de las lubinas antes de realizar sus grandes migraciones, transformó su dieta: 1 kilo de pescado azul al día a razón de 5 comidas diarias.
Dos semanas antes, Stievenart había logrado una primera hazaña, atravesando el Canal Beagle de Chile a Argentina (1,7 kilómetros en 46 minutos) en el extremo sur del continente americano, en aguas a una temperatura cercana a los 8ºC.
Su nado en el Antártico entre glaciares y pingüinos se añade a un palmarés bien repleto: Stève Stievenart ha atravesado seis veces la Mancha, considerado el Everest de la resistencia en aguas libres, una de esas ocasiones ida y vuelta, convirtiéndose en el primer francés en lograrlo. En otra ocasión realizó ese trayecto en invierno, algo jamás hecho hasta ese momento.