1. Verrugas comunes. Salen en las manos, dedos, rodillas y codos. Tienen textura áspera y pueden ser de color carne o ligeramente más oscuras.
2. Verrugas plantares. Aparecen en la capa externa de la piel, en la planta del pie o en la región del talón. Estas protuberancias suelen ser pequeñas, pueden ser indoloras o causar molestias al caminar, especialmente si se localizan en áreas de presión.
Llegan a tener textura rugosa con pequeñas manchas negras (puntos negros) que son pequeños vasos sanguíneos coagulados. Pueden ser de color blanco, grisáceo, marrón o amarillento.
3. Verrugas planas o juveniles. Son pequeñas bolas de color carne o ligeramente pigmentadas y aparecen en distintas partes del cuerpo. Se les llama planas debido a que tienden a ser más suaves y menos elevadas que otras verrugas, generalmente son de entre 1 y 5 milímetros.
Estas verrugas pueden afectar a niños y adolescentes ya que su sistema inmunológico aún está en desarrollo y puede ser más susceptible a la infección. Por lo general, se encuentran en áreas expuestas al sol, como cara, cuello, manos o antebrazos. A menudo, no causan dolor ni picazón, pero a veces son molestas debido a su ubicación o número.
4. Verrugas genitales. Aparecen como pequeños bultos de color carne, marrón o rosa en el área genital y causan comezón o malestar en el área genital y sangrado en las relaciones sexuales.
Llegan a desaparecer o aumentar de tamaño, varían en forma, al igual que en cantidad. Su periodo de incubación es entre 2 a 20 meses.
En las mujeres, las verrugas genitales pueden crecer en la vulva, las paredes de la vagina, el área entre los genitales externos y el ano, el canal anal y el cuello uterino.
En los hombres pueden brotar en la punta o el cuerpo del pene, el escroto o el ano.
Aparecen cuando el VPH infecta la capa superficial de la piel o las membranas mucosas y causa un crecimiento excesivo de células en esas áreas.
Una cosa de cuidado es que las verrugas son contagiosas y se transmiten por contacto directo con la piel afectada u objetos personales compartidos, como toallas o zapatos. Es importante evitar rascar, cortar o exprimir.
Hay que saber que el tratamiento de las verrugas puede incluir métodos como la crioterapia (congelación), aplicación de ácido salicílico, métodos quirúrgicos, láser o medicamentos recetados.
Es importante que, en algunos casos, pueden reaparecer incluso después de haber sido tratadas, ya que el virus puede permanecer latente en el organismo.
Si tienes verrugas o estás preocupado por alguna lesión en la piel, es recomendable consultar a un dermatólogo o a un médico para obtener un diagnóstico preciso y determinar el mejor tratamiento.