Vivir con el celular pegado al cuerpo
(Foto: Archivo, El Gráfico)
El teléfono móvil es el dispositivo de pantalla que más acompaña a los jóvenes, llevan el celular a la escuela y lo utilizan en sus tiempos libres e incluso duermen con el celular al lado en su habitación.
Estudios internacionales indican que el teléfono móvil es la tecnología que los muchachos más valoran y lamentarían que desapareciera.
Una encuesta incluyó a nueve mil adolescentes mexicanos y descubrió que la mayoría de ellos tiene encendido el celular las 24 horas del día.
Nueve de cada 10 chicos de 10 a 19 años revisan su celular tan seguido, que nada cambió desde la última vez que lo vieron.
El tener la vista en la pantalla del celular tiene una explicación. Esta es una marca de identidad juvenil: saber que están disponibles para sus amigos, algo que les da pertenencia a un grupo y que fortalece su vida social, dimensiones fundamentales en esta etapa de la vida.
El principal uso que hacen los adolescentes de Internet —en su celular— es comunicarse con amigos. Necesitan estar comunicados todo el día (y para muchos, toda la noche). Sentir que sus amigos están siempre presentes.
Por eso suelen dejar abierto su perfil en las redes sociales toda la noche, “por si alguien aparece o se conecta”.
Los padres pueden crear un código de uso de las tecnologías en la familia, estableciendo tiempos libres de pantallas.
