Algunos problemas sociales o situaciones personales estresantes llevan a jóvenes, sobre todo, a cortarse en diferentes partes del cuerpo, a flagelarse con el cutting: heridas superficiales con objetos punzo cortantes.
El mapa del peligro indica que en México se someten principalmente niñas y jóvenes de 10 a 20 años con tendencias depresivas causadas por una muy baja autoestima.
HERIDAS ABIERTAS
En las auto-víctimas del cutting “hay enojo, frustración, dolor emocional y mucha ansiedad, además de una tendencia a llamar la atención de los adultos y de otros jóvenes”, explica Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
En ocasiones se complica con trastornos como la bulimia o anorexia, y puede ser consecuencia del bullying e incluso de abuso sexual, explica.
EL CEPI ha detectado que ocurre con mayor frecuencia en mujeres (7 de cada 10).
“Son jovencitas que padecen escenarios de violencia en sus hogares. Se sienten ignoradas y rechazadas.
“La práctica se vuelve adictiva: hay dolor, pero hay un poco de placer en un mundo que les entrega mucha frustración, piensan las chicas que practican el cutting”, indica Sotelo Arias.
RUTA DE ESCAPE
La especialista cuenta que estas heridas pueden poner en riesgo la vida de las jóvenes, manifiestan una tendencia futura al suicidio.
“Las heridas comienza por ser pequeñas, luego son más profundas e incluso, en un contexto más agudo, a veces pueden ser letales.
“El cutting o self injury puede hallarse en diversas partes del cuerpo: manos, muñecas, brazos, piernas o en el vientre”, explica la doctora Sotelo Arias.
Aclara que los jóvenes que lo practican suelen esconder las heridas con muñequeras, playeras de manga larga, suéteres o algunos otros accesorios.
“Hemos notado que se ha propagado en las redes sociales donde los jóvenes suelen compartir fotos que muestran sus heridas: por desgracia este medio ha vuelto viral su práctica”, lamenta..
