Murciélagos no son parientes de Drácula

12 especies de murciélagos viven en México

Foto: cortesía

Vida 15/08/2016 13:38 Silvia Ojanguren Actualizada 13:38
 

Solo tres de las más de 1,100 especies de murciélagos que pueblan la Tierra y la fertilizan, chupan sangre, las demás combaten plagas de insectos y todas llevan la vida por todos lados.

Osiris Gaona Pineda, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM tiene algunas preguntas sobre estos extraños mamíferos: ¿Estaba usted enterado de que los murciélagos no son aves, que no tienen plumas, sino pelo? ¿Sabía que son los únicos mamíferos voladores del reino animal?

“Me atrevería a decir que son aliados, porque se alimentan de todos los moscos transmisores de esa enfermedad. Tan solo en una noche sin insectívoros estaríamos infestados de insectos”, comenta.

Estos singulares animales pertenecen a la familia de los filostómidos (Phyllostomidae) y en su rededor han surgido historias de terror y mitos fantásticos que no corresponden con su verdadera función en los ecosistemas terrestres.

Los taxónomos han registrado más de 1,100 especies en el mundo, de las cuales alrededor de 120 viven en México.

Se les encuentra en los más variados ambientes, lo mismo en los grandes conglomerados urbanos –como la Ciudad de México–, que en las selvas tupidas–como las del sureste del país.

Catalogados por su forma de alimentarse (polinívoros, frugívoros, piscívoros o ictiófagos, carnívoros y hematófagos), en realidad brindan grandes beneficios a los humanos. Por ejemplo, los frugívoros dispersan semillas, y lo hacen de dos a cinco veces más que las aves, informó.

“Son benéficos porque ayudan en los procesos de regeneración y sucesión de las especies vegetales, como las existentes en las selvas húmedas tropicales; sin ellos sería imposible que se restablecieran. O los que se alimentan de insectos, que en realidad son controladores biológicos, pues regulan las plagas del maíz o de la papa y el trigo”.

Respecto a los hematófagos, como Desmodus rotundus, Diphylla ecaudata y Diaemus youngi, a los que se les vincula con las historias del conde Drácula, la especialista explica:

Esa imagen se debe a un proceso cultural cuyo origen se encuentra en las ideas que sobre ellos concibieron los conquistadores españoles.

“De las 1,100 especies que hay en el mundo sólo tres son hematófagas, es decir, se alimentan de sangre, y se encuentran en América”, afirma.

 

 

 

 

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