Un festejo aceptable

Gabriel Cruz

OPINIÓN 30/09/2019 22:54 Gabriel Cruz Actualizada 10:04

El primer aniversario del Consejo Mundial de Lucha Libre, tras la muerte de su jerarca Francisco Alonso puede leerse de distintos ángulos.

El más importante para los dueños del negocio, es decir, el impacto económico, fue positivo. Con una arena por encima del 90 por ciento de su capacidad y la afición entregada que disfrutó la velada.
 
En cuanto al tema deporte-espectáculo, poco puede salvarse en la función. Una lucha femenil deslucida en la que la Metálica logró quedarse con el cetro nacional, evitando una segunda afrenta de Dallys.
 
La lucha que se robó la atención fue la de los microestrellas, en la que Microman acabó con la incógnita de Chamuel. Una batalla a una sola caída que encendió las graderías con los lances y atrevimiento de los protagonistas.
 
Es un formato que podría replicarse en futuras luchas de apuesta en la empresa, ya que los luchadores ‘no se guardan nada’.
 
La batalla por los campeonatos de tercias fue buena, a secas, con los jóvenes dinamita confirmando que serán parte vital en los siguientes años del CMLL.
 
Y para cerrar, la jaula con siete cabelleras en juego quedó a deber. Hubo poca emoción, sin la adrenalina que debería darse de forma natural cuando de escapar del enrejado se trata. Al final, dos estandartes de la empresa definieron todo.
 
Un primer paso aceptable en la era ‘post’ Francisco Alonso, que tuvo, desde otra trinchera las sensibles bajas de sus estrellas Dragon Lee y Rush. Un ‘golpe’ que se veía venir desde hace tiempo y al que la empresa deberá responder rápido.
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