TSJCDMX

Uno como sea pero ¿y las criaturas?

El título de esta columna al parecer nunca pasó por la mente a Rosario y David, quienes desde que su hijo Jorge tenía 3 años iniciaron un proceso de separación, que visitó 11 juzgados familiares y tardó el mismo número de años en solucionarse.

La falta de acuerdos con la pensión alimenticia, el incumplimiento del pago de alimentos y hasta usar a Jorge como moneda de cambio, negando las convivencias al papá, fueron sólo algunas de las cosas que provocaron más de una decena de años en juicio, que lo único que lograron fue incrementar los honorarios de sus abogados.