Ya llegamos a Denver para seguir la cobertura de la Selección Mexicana y con la goleada a Cuba la lectura del equipo de Martino es negativa por la simple y sencilla razón que la Copa Oro no vale nada.
Tremendo descubrimiento según los expertos y merolicos del micrófono que no permite darse cuenta del bueno juego de Charly Rodríguez en el medio campo, de lo refrescante por una banda de Gallardo y Alvarado, así como la grata revelación de Antuna. Se descalifica el análisis por lo endeble del rival.