Fundación da empujoncito a jóvenes con discapacidad
La IAP Tío Luzom lucha por ayudar a 35 jóvenes con problemas motrices, sensoriales o intelectuales
Gracias al esfuerzo de la Fundación Tío Luzom, 35 jóvenes con discapacidad múltiple o severa han podido encontrar un lugar en el que luchan por ser independientes.
Y es que la mayoría de las personas en esta situación sufren el abandono de sus familias o no tienen las herramientas para defenderse, pues aunque rebasan los 20 años, no saben ni leer ni escribir, y no pueden estar solos.
Se considera discapacidad múltiple y severa a la condición que presentan diferentes tipos de discapacidades de manera simultánea, éstas pueden ser motriz (que no puedan moverse), sensorial (ceguera o sordera), o intelectual.
La Fundación Tío Luzom IAP, fue fundada por Patricia Calvillo, debido a que su hijo Omar es uno de los jóvenes que necesita las herramientas para poder depender menos, pues padece autismo, discapacidad intelectual y ceguera.
“El fue muy segregado, no le daban expectativa para ser funcional. Sacándolo adelante es como hemos podido sacar a los demás”, retaló Paty.
La mayoría de los beneficiarios son chavos que están en sus casas, por lo que han tenido que rastrearlos y rescatarlos.
“Ellos no están escolarizados, no tienen trabajo, no los admiten en ningún centro de formación laboral, por eso a ellos nosotros les damos diversos talleres".
Orgullosa de su actividad, Paty reconoció que el año pasado por medio del Programa de Apoyo al Desarrollo se les otorgó un beneficio de 232 mil pesos con el que le pudieron regresar la audición a uno de sus muchachos.
"Ángel Gabriel se había quedado sin audición y con el dinero le pudimos poner un implante. Este año la Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM) nos dio 84 mil pesos para equipar un salón para que nuestros jóvenes tengan educación básica, ya nos estamos certificando en alfabetización, primaria y secundaria".
Ubicados en la colonia Cofradía de San Miguel, en Cuautitlán Izacalli, no se limitan a los jóvenes con discapacidad severa o múltiple, también ayuda con clases de regularización académica a 135 niños que provienen de hogares disfuncionales, quienes sirven de monitores para poder insertar a los jóvenes con discapacidad a la sociedad.