No le demos más vueltas al tema. Tuvo que exponerlo un argentino para que se viralizara. La vanidad hay que dejarla a un lado, André-Pierre Gignac es y será el ídolo de los felinos pero jamás una figura Mundial.

 

Si acepta irse a Boca, su carrera tomaría una proyección inusitada que ni el Olympique de Marsella le daba. Eso es Boca, una playera que ciertamente se conoce en todo el mundo.

 

Lo curioso de esto es que aunque hoy no lo perciban así los aficionados de los Tigueres, su nombre como club y el proyecto que están haciendo ya se habla de él para bien y para mal en otros lados fuera de la ciudad de Monterrey. 

 

Evidentemente se ha convertido en uno de los temas fuertes (y no se confundan, no en el principal, ya que ahí el América y Chivas parten plaza). Pero es bueno sumar de a poco con todo lo que han logrado en este lustro tan exitoso.

 

Yo no vería con malos ojos que un periodista sobrado crea que Tigres no existe. 

 

Al contrario, de seguir trayendo a figuras así que pongan a los universitarios a competir seguido, tendrán los reflectores globales cada vez más. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A los últimos días que les diremos que Tigres es un pequeñín.