Sucesión presidencial y diamantina rosa

LEO AGUSTO

OPINIÓN 19/08/2019 07:55 LEO AGUSTO Actualizada 12:56

Las mujeres mexicanas están cansadas de sentirse inseguras en las calles, pero también en la escuela, en el transporte público; luego denuncian y no les hacen caso.

Las acusadas son ellas por su forma de vivir, que puede ser igual que la de un hombre, pero que una mujer beba se ve mal, dice la conservadora sociedad.

Las pintas al Ángel de la Independencia en la protesta contra la violencia de género del 16 de agosto parecen poca cosa frente a los agravios que han sufrido las mujeres en México. Y no sólo por los abusos sexuales cometidos por policías en un museo de la ciudad y el sucio manejo del caso de la menor denunciante de abuso sexual por parte de policías en Azcapotzalco, eso sería enfocarse en la chispa que causó el incendio.

La indignación viene desde los asesinatos de mujeres en Juárez a finales del siglo pasado hasta los feminicidios en Ecatepec, la mayoría impunes, por poner un par de casos significativos, porque hoy muchas mujeres no se sienten seguras ni en su casa.

Las agresiones a periodistas fueron provocadas por infiltrados que hasta el viernes se pensaba desterrados del paraíso de la Cuarta Transformación, pero no, jugando con aquella frase del Siglo de Oro español, “los infiltrados que vos matáis gozan de cabal salud”, quedó más que manifiesto con el vandalismo en el país que “ya cambió”.

Detrás de los infiltrados hay intereses, desde grupos de derecha que llamaron al vandalismo chic, cubriendo rostro y tatuajes para que no permitieran ser identificadas. En otro frente, se nota el sello de las clásicas patadas bajo la mesa tan comunes en el jurásico cuando gobernaba el PRI; en Morena hace tiempo que inició el juego de la sucesión presidencial y en las preferencias del “amado y supremo líder” está la jefa de gobierno, en la norma no escrita del obradorismo es la encuesta que importa. 

Claudia Sheinbaum no ha demostrado tener el control en asuntos vitales como la seguridad pública, medio ambiente, movilidad y ahora, para colmo, le falló la concertación política en las protestas donde el jefe de la policía recibió un baño de diamantina rosa y luego, frente a la respuesta del gobierno de irse contra las víctimas en un afán de “no fabricar culpables”, generó el vandalismo en el Ángel ¿Esperaban algo diferente en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento? 

En el juego de la silla también está Marcelo Ebrard, que operó con elegante diplomacia políticas migratorias que convirtieron a México en muro para centroamericanos. Fuera de eso, el canciller se ha convertido en una suerte de vicepresidente ante los líderes del mundo porque el Presidente piensa que viajar al exterior y hablar inglés es cosa de fifís, como el exjefe de gobierno del DF. 

Otro de los convidados al juego de la sucesión es el exjefe delegacional en Cuauh-

El actual líder de la bancada guinda en el Senado, Ricardo Monreal, también tiene la mira puesta en el 2024 y en términos políticos, puede competir con Marcelo, con Sheinbaum o cualquier aspirante que surja en el camino. Pero difícilmente contará con el respaldo de AMLO, como lo tiene la actual jefa del gobierno capitalino.

Más allá de algunas conjeturas, no se puede decir que en los disturbios del Ángel hubo ‘fuego amigo’, pero tampoco se puede descartar. Sin embargo, hay un hecho que es irrefutable, a los presidenciables de Morena les beneficia la percepción de una jefa de gobierno débil e incapaz de enfrentar situaciones tan sensibles como la violencia de género. La falta de empatía, por tratarse de una mujer, se verá con toda seguridad en una baja en las simpatías.

 Mientras la ciudad arde, algunas voces comienzan a pedir la dimisión de la jefa de gobierno por la incapacidad mostrada o por ser parte del machismo estructural, como denuncian algunas voces, luego de que calificó de “ilegítimas” algunas protestas, en un comunicado. A muchos nos hubiera gustado ver a la jefa de gobierno reunida con las víctimas y sus familiares, no lanzando dardos al enemigo equivocado.

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